Un estudio liderado por el INS hecho en el personal de salud peruano muestra que su efectividad, en quienes recibieron las dos dosis de la vacuna de Sinopharm, es del 94%.
Las vacunas funcionan, y en particular la de Sinopharm, con una alta efectividad para evitar la muerte por COVID-19. Así lo señalan los resultados de un amplio estudio en más de 600 mil trabajadores de salud en todo el Perú, liderado por el Instituto Nacional de Salud (INS), en colaboración con el Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación (Ietsi) de Essalud y la Universidad Científica del Sur (UCS).
De acuerdo con esta investigación, la inmunización completa (14 días después de aplicarse la segunda dosis de Sinopharm) tiene una efectividad de 94% en evitar las muertes por COVID-19, que es uno de los objetivos principales de la estrategia del Ministerio de Salud.
“Estos resultados están alineados con lo que se ha visto en Chile [con la vacuna Sinovac]. Si se compara la epidemiología del COVID-19, ellos tienen dos olas bien marcadas de casos, pero solamente la primera está marcada con muertes. En la segunda siguen sucediendo los fallecimientos, pero no hay una ola. La razón es que ellos empezaron a vacunar tempranamente y cubrieron una parte importante de la población, mucho antes que nosotros. En el Perú, en cambio, tenemos dos curvas de casos y dos curvas de muertes, porque el porcentaje de población vacunada en la segunda ola era poco”, explica a El Comercio Lely Solari, médica infectóloga del INS e investigadora principal del estudio.
Agrega que de haberse vacunado masivamente con Sinopharm a más personas, además del personal de salud, se habría evitado muchas muertes. “Queda claro que no son agua destilada. Ante una tercera ola, lo ideal es que nos encuentre con la mayor cantidad de población vacunada”, subraya la experta.
—Amplio universo—
Para el estudio se consideraron a los 600.000 trabajadores de salud del país contemplados para recibir las vacunas de Sinopharm, pero a la investigación entraron casi 400.000 porque no se tenía completa la información del resto.
“Sin embargo, hemos corrido el análisis de nuevo, incluyendo a todos –aunque esto no es lo que se reporta, porque se trata de un análisis adicional– y los porcentajes no varían. A eso le llamamos un resultado robusto, pues persiste pese a incluir a las personas que no fueron consideradas por esa falta de información”, señala Solari.
-Una gran limitación-
Otro de los resultados de esta investigación es que esta vacuna no funciona bien para prevenir la infección por COVID-19. En trabajadores de salud, dos semanas después de haber recibido su segunda dosis de Sinopharm, la vacuna solo tuvo una efectividad del 50,4% en la prevención de infección por el nuevo coronavirus.
Para los autores es importante el estudio de otras alternativas para proteger de infecciones al personal de primera línea. “La reducción de infecciones en este grupo es determinante para evitar la pérdida de días de trabajo y la oportunidad de atención a la población, así como el riesgo de transmisión a pacientes”.
—Primer estudio—
Esta investigación se ha presentado ante el INS en forma de informe técnico, pero se busca convertirlo en breve en un artículo científico para su publicación formal. “La fortaleza de este informe es que no hay una publicación científica sobre la efectividad de Sinopharm a nivel poblacional”, recalca la doctora Solari