A la fecha, no existe evidencia científica que permita sustentar el uso de dióxido de cloro o derivados como agentes terapéuticos en el contexto de COVID-19. De hecho, existen reportes de reacciones adversas serias por ingesta de éstas sustancia. Por ello, no se recomienda usar dióxido de cloro o derivados para el prevención o tratamiento del COVID-19.