La evidencia encontrada a la fecha muestra que un IMC de 30 kg/m2 o más está asociado a un mayor riesgo de desenlaces de mayor gravedad en la COVID-19 (hospitalización, ingreso a UCI, requerimiento de ventilación mecánica invasiva, severidad de los síntomas, muerte). Futuras investigaciones deben explorar si esta asociación entre la obesidad y el curso clínico severo del COVID-19 es causal.