La evidencia presentada sugiere que las mascarillas quirúrgicas o médicas no son inferiores a los respiradores (N95, FFP2 o certificaciones equivalentes) para proteger al personal de salud contra las infecciones respiratorias virales, o por influenza específicamente, confirmadas por laboratorio. Las recomendaciones de la OMS, los CDC, el ECDC y la agencia de salud pública de Canadá son uniformes e indican que, en el actual contexto de escasez mundial, se debe usar mascarillas quirúrgicas durante la atención sanitaria donde no hay potencial de generar aerosoles, de pacientes con y sin COVID-19. El uso de los respiradores debe reservarse exclusivamente para el personal de salud que necesita protegerse de los aerosoles generados por los pacientes.

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